jueves, 24 de marzo de 2022

A la orilla del río

La tinta fluye, escribe arroyo, río.

El agua arrastra arenas, cieno, limo.

Un pez se asombra de tener vista periférica.

Y en su asombro sucumbe ante la sombra

y el pico de una garza.

 

Una señora canta desnuda cada tarde.

Baña su cuerpo bajo ese sol que arde.

Prendas y canastos adornan la ribera.

El agua se bifurca acariciando sus caderas.

 

Ojos, rostro, vientre, senos, ojos que pasan, miran.

Cuenco de manos en vaivén juegan y cantan.

Negros cabellos, cejas, pubis, asustan y encantan.

Ramas de un sauce y remolinos de agua giran.

 

Muslos y corvas exfoliadas por la arena.

Cieno que lima sus talones como rosas.

Peces que miran en sus senos mariposas.

Canto de sauce que cura toda pena.

 

La tinta fluye sola, escribe arroyo, río.

Una señora canta desnuda cada tarde.

Ella sentada con los brazos hacia el cielo.

Reposando su cuerpo en un manto de cieno.

1 comentario:

  1. Las estrofas permiten seguir con atención, todo lo que uno esta leyendo, por lo tanto considero un excelente aporte que transmites en este poema en forma precisa y concisa, dejando un toque de imaginación para todos los que te leemos .Felicitaciones

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