No es que te haya olvidado.
Eso jamás podría.
Cada mañana, al despertar,
tu recuerdo me acecha,
mi soledad te piensa,
mis manos te piensan,
mi boca te nombra.
En mis sueños,
cruzo fronteras para verte.
Preciso tu mirada de olas agitadas,
el vaivén de tus pasos,
tu cuerpo, tu boca,
el vapor de tus cabellos.
No es que te haya olvidado.
Ni siquiera en otros cuerpos.
A la distancia me parece verte.
En mis sueños te beso.
Y me convence el discurso de Aristófanes.
Lo que nosotros fuimos.
Creados por dioses antiguos.
Tú y yo unidos en un cuerpo redondo,
separados de un tajo por Zeus.
Consciente de mi ofensa,
mis pensamientos te buscan,
mi mirada te busca,
mis manos te buscan,
mi boca te nombra.
No es que te haya olvidado,
mírame estoy aquí.
Muy bueno el poema ,felicitaciones.
ResponderBorrar